sábado, 23 de noviembre de 2013

De como empecé a viajar y nunca he mirado atrás (1)

Todo el mundo tiene algo dentro de uno mismo que le anima a conocer, a viajar o a lanzarse a la aventura, esta es mi historia de cómo empecé a viajar en un verano y nunca he mirado atrás, es cierto que no todo es tan bonito como el título dice y si he mirado atrás, de hecho ahora mismo para escribir estas líneas, lo estoy haciendo, pero estoy seguro que es mi primera aventura de muchas.

Un día sentados en dónde es irrelevante para el transcurso de la historia se te ocurre pensar que ya tienes más de dieciocho años y que te prometiste a ti mismo que con esa edad estarías haciendo grandes cosas, pero ahora ha llegado el momento en el que la realidad te consume y te das cuenta que todo sigue igual que cuando con aquellos felices quince soñabas que hacer cuando fueras mayor de edad y estaba claro que una de esas cosas eran grandes aventuras y estar independizando mientras trabajas y estudias al mismo tiempo. Cuando yo me di cuenta en lo que me había convertido fue en ese preciso momento de mirar atrás y me empece a sentir mal conmigo mismo, demasiado mal. En este mundo, por desgracia los sentimientos no van a ningún lado si no van acompañados de una acción que a su vez traerá una reacción, mi acción a ese sentimiento de nostalgia por aquellos pensamientos de independencia y aventura fue decir, este verano tengo que empezar a vivir, a vivir aventuras que me hagan sentirme lleno, no saber dónde voy a dormir, o más aún a qué ciudad me va a llevar la carretera y la reacción fue que la aventura salió adelante y logré volver a casa.

La historia aún ni siquiera se perfilaba del modo que yo esperaba que todo sucediera solamente eran divagaciones en lugares irrelevantes, pero bueno, la historia iba tomando forma, yo lo tenía claro que el próximo verano sería el verano de mi vida. Había otra cosa que también tenía clara que era mi primera aventura y no quería ir solo, luego me di cuenta conforme avanzaba la aventura que debería haber ido solo ya no porque la compañía fuera mala, si no porque era mi aventura, mi superación y mis ganas de encontrarme a mi mismo. Esas ganas de encontrarme a mi mismo fueron un instinto casi suicida y es que no faltaron momentos para llorar, para pensar de la que me acabo de librar o simplemente momentos en los que parece que todo conspiraba en nuestra contra, que deseabas el camino fácil que era llamar a papá y mamá que ingresasen dinero en mi cuenta y coger un avión tirando la toalla, ahora mirando atrás, me alegro mucho de haber sacado fuerzas de donde no las había, encontrar alegría en un parque sentados, sin un puto euro a dos mil kilometros de casa y sin saber cómo coño pretendíamos seguir adelante camino a casa. Pero lo importante es que nos tragamos el orgullo y lo que es más importante, la vergüenza, con vergüenza no vas a ninguna parte y tuvimos que "tragar mierda" y finalmente logramos seguir adelante, el viaje tuvo sus momentos buenos y malos, siempre recordaré como un día que empezaba y parecía que iba a ser perfecto conforme iba avanzando acababas tirado en la calle y escondiéndonos para montar la tienda de campaña en cualquier lado cuando oscurecía. 

La historia es el ansia de una aventura, mi sueño era viajar, esa era mi aventura, volver a casa desde una ciudad a 2500km. Pero para llegar ahí pasé largas tardes planificando, viendo cómo se movía Europa, pero al final nada sirve hasta que no estas sobre el terreno y allí estábamos, mi mejor amigo y yo con dos mochilas enormes a las 4 de la tarde camino al aeropuerto el 4 de julio de 2013 dispuestos a vivir nuestra gran primera aventura en solitario, sin tener conocidos, amigos en el camino, viendo lo que la carretera nos deparaba....


La Haya (Países Bajos)


TO BE CONTINUED ....

No hay comentarios:

Publicar un comentario