Volver a casa cuándo el caluroso verano ha dado una tregua, son las 7 de la mañana y es tarde ó temprano depende para quién, para mi es tarde, muy tarde.
Un color grisaceo se adueña de las calles y una bruma cubre todo, otorgando un lúgrube y oscuro final a esta noche, esta noche en la que estas volviendo a casa y tienes frio. Las farolas son las únicas luces difusas que hay en las calles, no hay nadie paseando, se nota que la ciudad ha quedado vacia, todo el mundo esta de vacaciones.
Pero no hace calor, una siniestra brisa fria te acompaña en tu camino y no sabes por qué pero tienes frio. Todo es tenúe, estás alerta y pones a tus sentidos en alerta como un lobo cuando aulla, bajo la luz de la luna también difusa continúas tu camino cada vez de forma más acelarada; sin embargo, no tienes calor a pesar de ser una noche de verano, el siniestro frío vuelve a embriagarte y sigues tu camino a casa.
Estás preocupado ,vas recordando la noche, tantas copas, tantas risas, tanto calor y de pronto tanta soledad y tanto frío. Una chica, una despedida, un intento de un beso y solo estás consolado por ese leve abrazo.
Has llegado a casa, todo sigue siendo frio pero ese leve abrazo te consuela, estas borracho y tienes frio y se acaba de apagar una farola, la que alumbra tu portal, todo se vuelve oscuro, cada vez más. De pronto hace aún más frio, pero recuerdas ese abrazo y entras en tu portal. Te miras al espejo piensas en varias cosas, te ves más viejo, cansado, pero desde luego te ves atractivo, abres tu puerta y el calor del hogar te embriaga. Desde luego todo ha sido gracias a ese leve abrazo......
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