lunes, 30 de junio de 2014

Palabras.

¿Sirve la violencia? ¿Se puede cambiar algo con violencia? Solo sé que las cosas van mal y no hay que ser un Sherlock Holmes de la vida para percibirlo, una violenta revolución no sé hasta que punto valdría de algo, pero desde luego salir con tambores a la calle a protestar tampoco sirve de nada. Es triste que parezca ser la única forma de cambiar las cosas, soy de los que opina que las palabras pueden cambiar las cosas: "La escritura es magia, cuándo empece a escribir sentí que estaba haciendo algo maravilloso, mucho más allá que contar una historia, la escritura es un arma y es más poderosa de lo que jamás podrá ser un puño".

Somos una generación vacía de padres ideológicos, estamos sólos y solo podemos dar un puñetazo en la barra de un bar, creanme, si la revolución comenzase, lo primero que hariamos sería asomarnos por la ventana a ver si nos han jodido el coche. Cada uno tenemos nuestra guerra, lo han hecho jodidamente bien, se llama hipoteca y nos han divido. La gente de a pie tenemos bastante con lo nuestro para pensar en los demás, han conseguido quitarnos el sentimiento de pertenecer a una sociedad, a un colectivo para primar el individualismo y ahora que es cuándo todos necesitamos de todos si queremos cambiar las cosas nos encontramos una profunda división. 

S
ería una pena tener que recurrir a la violencia pero la gente no despierta, los politicos viven en su burbuja de lujo y arrogancia, nosotros estamos puteados. Nadie parece hacerse cargo de la situación, al fin y al cabo siempre tendrán colegios de ricos para sus hijos y hospitales privados para sus enfermedades. Una élite que vive en su pequeño mundo ajena a los problemas reales son los que nos gobiernan y no pretendan que jamás les entiendan.

Adictos al filo de lo imposible hacen que me esfuerce cada día más en mejorar, no es fácil, pero si pones interés todo mejora. Hazlo ó no lo hagas pero no lo intentes y paradojicamente estoy intentando escribir una entrada en mi blog, mi pequeño cajón dónde acudo cuándo otros fallan, volver a la realidad y olvidarte de los sueños de las noches de verano en las que todo el mundo sabe que no hay sueños porque el calor no te deja soñar. Una rabia como símbolo de una generación es lo que necesitamos para intentar cambiar las cosas, todo es díficil...



Admiro a la gente que lucha por lo suyo y sinceramente les admiro aún más si la vía de las palabras se les ha agotado...

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